Julián creció en una zona humilde de Lima, Perú. Su familia nunca tuvo mucho dinero, y desde pequeño tuvo que ayudar vendiendo empanadas en la calle con su madre. No tenía computadora en casa, pero cada vez que podía, iba a un cibercafé para jugar, navegar por internet o mirar tutoriales de cosas que no entendía del colegio.
Un día, encontró un video sobre cómo crear páginas web y le fascinó. Empezó a estudiar por su cuenta, viendo todo lo que podía gratis en YouTube y blogs. Aprendió lo básico de HTML, luego CSS, y después JavaScript. No fue fácil: a veces tenía que caminar 40 minutos para encontrar un lugar donde pudiera usar internet gratis.
Con el tiempo, logró construir su primer sitio web para un negocio local del barrio. Le pagaron con un pollo a la brasa, pero eso no le importó. Lo que ganó fue experiencia y confianza.
A los 19 años, armó un perfil en plataformas de freelancers como Upwork y Fiverr. Comenzó cobrando poco, pero entregando resultados impecables. En menos de un año, ya ganaba más que cualquiera en su familia. Usó sus ingresos para comprar su primera laptop y pagar un curso en línea más avanzado.
Hoy, con 25 años, Julián tiene su propia agencia digital, da empleo a otros jóvenes de su barrio y dicta clases gratuitas de programación los fines de semana.
Su lema es: “Si no tienes oportunidades, constrúyelas”.
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